#15 Reconocer tu camino y evitar el síndrome del impostor

Mi experiencia con el síndrome del impostor

El síndrome del impostor ha sido algo que he trabajado muchísimo desde que empecé terapia, ya que ha estado desde el día que empecé a emprender. Si eres nuevo por aquí, mi nombre es Carla, llevo un poco más de 5 años emprendiendo y soy nómada digital desde el 2020.

Si me sigues en redes sociales, es posible que hayas leído algunas de mis publicaciones sobre la salud mental mientras viajas. Desde que empecé a crear contenido en para sociales (además de mi trabajo), he dedicado una cantidad de tiempo impresionante sin ver grandes resultados.

Empecé en Mayo de 2021 a postear prácticamente todos los días, aprendí a hablar frente a una cámara, investigar, grabar, editar y comunicar en redes sociales. Aprendí a usar Tiktok y posteriormente Instagram, aprendí de SEO para mi blog, a redactar, etc. Ha sido un trabajón y consecuencia a esto, en diciembre 2021 «empecé» a ver frutos de mi esfuerzo. Logré llegar a los 100,000 seguidores en Instagram, finalmente mi contenido estaba llegando a otras personas.

Fue una locura, esta una meta que consideraba tan lejana que ni la tenía en mi lista de propósitos (en mi mente podía llegar a los 20,000 como mucho jajaja). Sin embargo, fue un sentimiento muy satisfactorio ver que a tantas personas les estaba gustando mi contenido.

Una vez lograda esa meta, después del sentimiento de orgullo y alegría vino una ola un poco incómoda. Empecé a pensar «es que no lo merezco«, «no trabajé lo suficiente«, «las personas se darán cuenta que soy una farsa» y entre mil cosas más. Por un momento, se me olvidó por completo todo el esfuerzo que invertí para llegar a donde estaba.

¿Por qué te cuento esto? Porque no mucha gente lo hace y creo que hace falta empezar a hablar de temas más humanos. Todos te hablan del emprendimiento, de los viajes y del éxito como si fuera sólo eso. Sin embargo, pocos profundizan lo «incómodo» de ese proceso.

¿Alguna vez te has sentido alguna vez así? Si te identificas con lo que te estoy contando, quiero decirte que no estás sol@.

¡Te mando un abrazo virtual desde Varsovia!

Carla