Resumen de la semana #19: Lloré leyendo mis diarios

Llegué de caminar un rato, pasé a la tienda, me compré un vinito (si, en lunes JAJA) y llegué a la casa a escribir esto.

El resumen de la semana de hoy es un poco distinto a otros, porque no tengo ganas de hacer algo demasiado estructurado o productivo. A partir de ahora tengo ganas de mandar los newsletter el lunes, porque los domingos creo que todos queremos descansar, así que vamos a probar esto.

Te cuento que esta semana la verdad fue super tranquila, hice un montón de cosas pero creo que de todas las cosas que me gustaría compartir sería aprender a tomarnos las cosas despacio.

No sé tú, pero yo estoy un poco cansada. Estoy cansada de recibir órdenes en todas las redes, de sentir la necesidad de ser productiva 24/7… siento que a veces estoy corriendo una carrera que jamás voy a acabar jajaja

Y la verdad esta semana dije basta, dije vamos a tomárnosla más tranquilo. Quiero seguir disfrutando lo que hago, lo que les comparto, lo que pienso. No quiero hacer las cosas por hacer y creo que parte de eso, es entender por qué lo estás haciendo.

Siento que a veces estamos persiguiendo objetivos que nos trazamos hace 2 o 3 años, una versión diferente a la que somos ahora. Y la verdad es que aunque muchos digan lo contrario, no hay nada de malo en replantear objetivos.

No hay nada de malo en tener un mal día o querer dormir un día más de “lo que deberías”. Porque la verdad es que, a menos que trabajes algo de vida o muerta, nadie va a darse cuenta que te retrasaste un día.

Me atrevo a decir que uno de los hábitos más bonitos y que más agradezco tener, es escribir. Todas las noches (bueno, no todas pero la mayoría), desde el 2020 estoy escribiendo en una especie de diario donde cuento mi día, sin mucha ciencia simplemente escribo lo que sienta que está bien.

He visto miles de videos de Journaling, de como todos escriben un montón de vainas con una estructura super específica que por un tiempo creí que lo estaba haciendo mal jajaja pero me da igual, la verdad. Simplemente ha sido mi manera de sacar las cosas de mi cabeza.

El otro día estaba sintiéndome un poco decaída y quise volver a leer algunas cosas, porque al vaciar la bodega me traje mis primeros diarios (pues los he ido llenando) y decidí leerlos. ¿La reacción? Una locura jajaja me puse a llorar de ternura.

Es increíble ver como se nos olvidan las cosas, como estamos viviendo tantas cosas que al final no podemos recordar realmente qué estábamos pensando en X momento de nuestras vidas. Pero volver a conectar con esa versión tuya de hace tiempo, es indescriptible.

Poder leer lo mucho que me emocionaban situaciones, pero también lo mucho que me afectaban otras. Situaciones que en ese momento me pusieron super triste, ese día ni me acordaba.

Fue un ejercicio muy terapéutico, la verdad. Porque me di cuenta que aunque a veces sentimos que las emociones son permanentes, la gran mayoría terminan siendo pasajeras y tener rastro de esa información VALE ORO.

De verdad, agradezco mucho a esa Carla del 2020 por haberse puesto a escribir sin saber lo que estaba haciendo jajaja.

Nada, eso. La verdad esta semana solo tengo ganas de contarte eso, porque fue como un súper sentimiento que te quería compartir. El resto de la semana fue aburrido, así que no te pierdes de nada.

Espero este correo te sirva como motivación para empezar un diario, aunque sientas que no sabes lo que haces o no tienes anda que decir, ¡inténtalo! En unos años puede que te lo agradezcas.

Me despido por ahora,

Les mando un abrazo virtual desde Bucarest

Carla